::: energia sexual::: by SuccubuS
Tu respiración sobre mi nuca estremece mi cuerpo
Lo estremeces con solo olerlo…
Tus manos fuertes sobre mi cuerpo
Me toman en ellas y me dejan sin aliento… me exprimes por dentro…
Te busco y no te encuentro…
Aveces me gusta esto del sexo con texto, de la cochiná dicha al oído, de la guarrada bien puesta, de la chulería, de la ordinariez, del texto chocante asqueroso y lo que es aún peor, de las historias, eso de estar revolcándose y hablando a la vez, describiendo una situación… te agarran perra y te dan con cuatica… ¿está caliente guashita?…toda mojada la verga enorme, dura…dile que me la meta hasta el fondo… cómemela…cógeme…
El sonido del sexo tiene versiones clichés como los jadeos: “Ah…ah… ah…ah…aaaaahhhh” o “Ai…ai…ai” o los ya clásicos “Yes…yes….yes…”o “I´m coming baby” de película porno gringa. Clichés ridículos que sirven para reírse, pero como el sexo es una larga lista de clichés, en circunstancias de embotamiento sexual, pues estos siguen siendo efectivos. No puedo negar que un buen jadeo en un momento adecuado es un aliciente para endurecer la verga. Y es en estos detalles que me doy cuenta que el maldito poder del sexo, en que uno puede seguir por manual los rituales más desgastados, funciona… Pero los sonidos, volvamos a los sonidos… eso interesa ahora.
Estoy pasando por un momento de menos agresividad y más suavidad, de más sutileza, algo que es raro en mí. Se me fue a dormir la perra desenfrenada y apareció la que llamaría la gata de chalet. Una tipa más floja, más pilla, que le cuesta más derretirse, menos extrovertida, menos servicial y silenciosamente prepotente. Si las comparo a ambas y fueran droga, diría que la perra consume cocaína y la gata, opio. A
la gata no le gustan las palabras, ni la música, no le gusta mucho hablar ni las historias guarras, más bien le gustan al oído las palabras que la adulan, que la hacen sentir la mina más hermosa y deseable del mundo, está por sobre las otras en todo, en belleza, en estilo, en suavidad, en clase… de hecho es incomparable. A esa gata le gusta el sonido de la verga cuando se golpea contra la carne de la entrepierna del hombre: ese sutil sonido de pequeño látigo de carne la enloquece.
A la gata le gusta el sonido de los labios de su entrepierna cuando ella se los toca y se los moja con saliva y de a poco todo se va humedeciendo, ese sonido de los labios que se baten. A la gata le gusta el sonido de la lengua cerca del oído, pero hay dos lenguas distintas, la que raspa y va lenta y arenosa… y la húmeda, que avanza rápido como una ola y resbala. A la gata le gusta el quejido suave y contenido de un hombre, no su grito ni su euforia. A la gata le gusta el sonido de la lengua del hombre cuando le come la entrepierna, cuando la lame, cuando la lengua escarba entre las piernas y sus labios succionan su jugo.
A la gata le gusta el sonido de la lengua que va de arriba abajo entre sus piernas desde el clítoris al culo en una sola lamida larga y húmeda. A la gata le gusta su propio sonido al comer la verga y sobre todo el que provoca cuando se la come abriendo y cerrando los labios y haciéndola entrar un poco más cada vez o cuando se la traga entera, la succiona y apretando los labios la saca de la boca rápido como si destapara una botella. Le gusta la respiración suave, los jadeos suaves, la ausencia de palabras y de música, le gusta el sonido de los perros del barrio cuando se revuelca con la ventana abierta, el viento que mueve un poco los árboles, adora el calor que ahoga y que no exista más explicación que los sonidos calientes y silenciosos de ese sexo que no grita ni chilla pero que estremece y clava.
Ven a navegar por mi cuerpo desnudo,
con tus manos ardientes de pasión
descubre mi sensibilidad
y ahógate en mis ríos de ansiedad.
Recorre cada parte de mi cuerpo,
que deseoso está de ti
estremécete y entrégate
que tu excitación me hace desmayar.
Acaríciame lentamente,
hazme resurgir
rodea mi cintura,
bésame con locura,
hazme delirar,
enrédate en mi cabello rizado
y no me dejes nunca escapar.
Mírame a los ojos
mientras tus manos siguen recorriendo mi cuerpo
encuentra mis oscuridades
y navega en ellas sin recelos.
Déjame sentir tu firmeza
que provoca jadeos y suspiros sin frenos ni esperas.
Ámame esta noche amor,
que necesito hoy sentirte dentro de mi
y disfrutar lo nuestro
como cada noche se vuelve éste...
nuestro tan esperado encuentro.
En una relación el amor es lo primero, pues incluye muchas más cosas, y el sexo siempre es parte, pero cuando uno de los dos falla, el otro se queda, aunque no siempre de la mejor manera.
Las mujeres son menos propensas a decir sí al sexo, pero sí a buscar el amor. Los hombres muchas veces prefieren el primero y de ahí pasan al segundo, es decir, el amor y el sexo no significan lo mismo para los dos sexos.
El sexólogo César Pérez del Imesex comenta:
"El amor es algo subjetivo, aprendido de forma fantasiosa e idealizada; el sexo, entendido como relaciones sexuales, es algo anatómico, físico, hormonal e inherente al ser humano, es una necesidad, haya o no deseo."
La disyuntiva viene cuando contrapones algo físico (sexo) y algo que no lo es, no es palpable (amor). "Las personas quieren ambas cosas, pero el amor es más difícil de encontrar, por todo lo que queremos en ello: persona guapa, atractiva, fiel, y un sin fin de atributos que le pone cada quien". El sexo también requiere ciertos aspectos que cada persona disfruta; van desde lo físico, hasta si es alguien delicado, romántico o rudo.
Una de las cosas que no ayudan a separar o en su defecto a unir al amor y al sexo, son los mismos términos; "cuántas veces no decimos ´hacer el amor´, sólo porque no suene feo o sucio, ahí la gente lo confunde y relaciona, cuando por sí solos cada uno tiene sus características; se practica la sexualidad bajo el nombre de amor, lo que no es del todo correcto."
Por otro lado, el "sexo por amor" sí ayuda, sobre todo a las mujeres, ya que mientras estén o crean estar enamoradas, se sienten más en confianza, lo que incluso ayuda en la relación sexual, pues al tener todos los sentidos abiertos, el sexo se disfruta más y hay una mayor disposición. A los hombres puede o no importarles, ya que les urge obtener experiencia.
El problema es diferenciar el sexo ocasional del sexo relacional, donde el primero es meramente satisfacción y el segundo ya implica un afecto. Además en el sexo puede o no existir una relación interpersonal, de ahí que sea mecánico y apresurado.
El sexólogo recomienda para no confundirse y sobre todo para disfrutar de las dos cosas, que definan lo que se quiere, ya que así no entran en conflictos personales, además de situar su contexto y así saber si pueden tomar lo que quieren, es decir, si una persona quiere sólo sexo, pero se lo impide el no estar enamorada, la puede llevar a no encontrar ni una cosa ni la otra.
Quien pueda contestar sin dudar: amo a quien deseeo???, ¿deseo a quien amo?, podrá decidir si el sexo debe o no hacerse con amor, si se crea un prejuicio, o si se siguen los impulsos. Ya que no siempre se ama a quien se desea, ni se desea a la persona que se ama.
SAngrE
El anhelo de beber tu sangre
De hincar mis dientes en tus muñecas
Me hace estremecer
Me consume
Me excita el solo pensar
En ese sabor... esa textura
El espesor, su color, su amora
Bajando por tus muñecas
Pasando por mi lengua
Hacia mi garganta
Por qué me haces esto
Por qué eres así de complaciente conmigo
Por qué si después me lo quitaras
Por qué si ya no lo tendré
Eres como una droga
Soy capaz de darte mi alma
Eso quieres, quieres mi alma pues tómala
Y tómame junto con ella
Arrástrame hacia tu oscuro y placido paraíso
Hazme sufrir, eso quieres, pues golpéame
Átame, haz de mi lo que tu creas qué merezco...
Para mi el sexo o la relacion sexual es algo así como el momento de liberación donde todo aquello que guardo y escondo se sale en ese preciso momento y espacio, donde no hay nadie mas que yo y mi pareja observando y sintiendo tantas cosas, olores, cosquillas, sudor.
Al parecer las relaciones sexuales son un fiel ejemplo de el dicho que dice "que la práctica hace al maestro", pero también puedo evidenciar que no siempre es asi.. no basta solo de una persona parta que una relacion sexual sea satisfactoria... por mucho que un maestro sea maestro, sin una partner quer lo siuga y lo acompañe, çde nada valdra su magister.... por lo mismo cuando se presentan oportunidades no siempre las tomamos. Es allí cuando ingresa un nuevo elemento a lo que parece a simple vista algo físico y animal, es allí cuando las emociones motivan o desmotivan la acción sexual.
Sí la práctica hace al maestro, bueno entonces habrá que prácticar para seguir aprendiendo, practicando porque como ya saben, el conociemiento es infinito y gracias a dios, naci bien curiosa!!!
Eso si.. importante... cuidado por donde caminan ya que mas de una vez e tenido alguna decepción.